Mi
nombre es Adriana Sorely Jaimes García, nací en el 23 de junio de 1992 en el
municipio de Cucutilla; soy la mayor de cuatro hermanos, hija de una
educadora y aunque crecí alejada de mi padre biológico tuve la fortuna de vivir
al lado del esposo de mi madre quién desde los cinco años ha mantenido el rol
de padre.
Hasta
los seis o siete años estuve siempre con mi madre pero debido a su trabajo se inicia un distanciamiento, estudie primaria en el colegio Roman viviendo con
mi padre adoptivo y su familia en un caserio a media hora del casco urbano mientras mi mamá trabajaba toda la semana alejada de nosotros, a pesar de no
tener esa imagen femenina a mi lado pase una infancia agradable, de juegos, bailes y tardes de picnic con amigos rodeada de los mejores paisajes que puede ofrecer el campo.
Cuando
pasé a básica secundaria decidí estudiar en el colegio del pueblo pero como no
tenía familia allí, viví arrendada en un cuartico durante el primer año aunque con tan solo 10 años actuaba con responsabilidad. Al
siguiente año ya pase a vivir con una tía así hasta el grado noveno, esos
cuatro años en el colegio Monseñor Ricardo Trujillo Gutierrez fueron de grandes
experiencias, de época de locuras sanas con travesuras realizadas a docentes,
amigos de verdad, risas, sacadas de clase, fui representante de los
octavos, incluso madrina del grado, en fin! fueron unos años llenos de felicidad.
Al
pasar a grado décimo, junto a mi prima decidimos irnos a estudiar a la
ciudad de Pamplona, allá de nuevo arrendada pero en compañía de mi hermana de
crianza empezamos una nueva aventura en la fría Normal Superior, allí para
evadir la soledad practicaba basketball e hice parte del equipo del colegio por
dos años consecutivos, al terminar once continué mis estudios y en el
2010 obtuve el título de Normalista Superior.
Mis expectativas no
eran las de ser docente sino algo relacionado con el diseño pero por seguir con la
rama de la docencia entre en el 2011 a estudiar lenguas extranjeras a la Universidad de Pamplona porque ninguna
otra licenciatura me llamaba la atención, al entrar al mundo de los idiomas
sentía temor de vivir algo en lo que realmente no estaba para nada preparada
aún así continúe el primer semestre con entusiasmo pero este se fue
desvaneciendo en el último corte por las malas amistades e irresponsabilidad y
así sucedió los siguientes semestres hasta que en el 2012 pasa lo ni tan
inesperado pero si la mejor de las noticias y era un embarazo, aunque implicaba muchos cambios se persistía con los sueños, sin estudios y sin apoyo de la pareja, seguía montada en un
castillo de sueños con más ganas de no darme por vencida,; sin embargo, no fue nada fácil volver a la academia, A principios del 2014 cuando empece a trabajar
como docente ya con algunos ahorros volví a mis estudios, pero ya con más
responsabilidades no pude cumplir satisfactoriamente con la carrera lo que me
hacía ir perdiendo el interés especialmente en francés, pero de nuevo estaba
cayendo en el camino de las malas amistades por lo que decidí cambiar de
residencia para la ciudad de Cúcuta y lo que conllevaba a un inminente cambio
de carrera, de este modo decidí realizar transferencia interna en lengua
castellana, desde el 2016 estoy en este nuevo proyecto de vida, con
esfuerzo y sacrificios por la distancia con mi hijo persiste el cumplir objetivos, a pesar de días sin ánimo, de querer decir ya no sigo estudiando es cuando se consigue un nuevo impulso para no desistir.
Sin importar los acontecimientos mencionados
me considero una persona humilde, honesta, soñadora y con proyecciones de
crecimiento personal para por fin seguir el camino a las metas propuestas desde siempre, aprendiendo de las personas que de una u otra forma Dios a puesto en mi camino y que dejan día a día una enseñanza en mi vida.
Gracias por compartir su escrito.
ResponderBorrarMe parece que faltó profundidad. Algunos errores de redacción y puntuación.